¿Un director nace o se hace?

Scrapp Torres
4 min readOct 24, 2019

¡Vaya pregunta! (pero me la he hecho)

“Me molesta que una persona que no tiene ni idea de lo que hago sea quien supervisa mi trabajo” he escuchado esta frase llena de frustración tantas veces en mi vida que realmente me puse a analizar el trasfondo que provoca que alguien me dijera eso. Y es que seamos honestos, causa frustración que una persona que no está calificada, que no tiene ni la más mínima idea de la complejidad del trabajo y los procesos a seguir (y que no se ha preocupado en lo más mínimo por capacitarse para entender) sea quien tenga que decidir si lo que tú y tu equipo hicieron está bien o está mal. Y me pregunté cómo es que esto llega a suceder, después de analizar a diferentes tipos de directores con los que he tenido el gusto y disgusto de trabajar en el transcurso de mi vida profesional me he dado cuenta de una cosa, hay directores que nacen y hay directores que se hacen.

Y ustedes dirán, “oh, Scrapp, ¿cómo es eso?” y yo les diré “no os apuréis que ahora les explico de qué va!”

Director que se hace

Este individuo empezó desde abajo, antes de poder llegar a ser director tuvo que pasar básicamente por todo el proceso, desde ser el traineé que pregunta todo hasta ser el senior que le responde todo al traineé. Este sujeto construyó su carrera con base en la práctica, cometiendo muchos errores y aprendiendo algo de cada uno de ellos, lo que en definitiva le dio la mejor cualidad que posee un director: solucionar problemas.

Otra cualidad que tienen los directores que se hacen es la toma de decisiones, porque parece simple, pero él sabe claramente que una decisión no se toma a la ligera, sabe que una decisión te puede llevar a la cima o te puede hundir (y lo sabe porque ya ha tomado muchas muy malas que se lo han enseñado), el 90% de las organizaciones depende de las decisiones de sus directivos, por eso un director improvisado puede llevar a la quiebra a una empresa por no tener la experiencia y la capacidad de prever las consecuencias que una decisión puede causar.

Un director que fue empleado es más empático con su equipo, sabe el trabajo que le cuesta a cada persona realizar sus actividades, sabe el esfuerzo que se debe de emplear para conseguir los objetivos, sabe lo que es ser un empleado nuevo y estar adaptándose pero también sabe cuándo una persona no se está esforzando, sabe cuando algo tiene solución y su equipo no se esfuerza lo suficiente para solucionarlo. Tiene todo el fundamento para exigirle a su equipo que den lo mejor de sí, en otras palabras, los ayuda a lograr sus objetivos. Crece su organización.

Y lo principal, un director que se hace, no deja de aprender. Sabe perfectamente que no se trata de sólo saber cómo funciona su negocio sino también se trata de saber cómo funciona la industria.

Director que nace

Este también existe, y es muy común. Hay personas que obtienen cargos directivos sin nunca haber trabajado algún otro puesto porque los heredan. Nacen en una familia que tiene un negocio y como es de esperarse, es el siguiente al mando. Y ojo, no digo que esté mal, pero desgraciadamente muchas veces estas personas lo tienen tan fácil que no se preocupan en aprender realmente cómo funciona el negocio, estudiar no es lo mismo que trabajar, la teoría siempre varía de la práctica.

Otro tipo de director que nace es aquel que llegó a su cargo porque un buen amigo con el poder de recomendarlo le abrió las puertas de su empresa y le puso un equipo a su cargo.

O el caso más común que he visto últimamente, directores que fundaron su empresa por un golpe de suerte y que jamás habían tenido contacto siquiera con la industria en la que tuvieron la “fortuna” de emprender y volverse empresarios.

Estas personas muestran su deficiencia muy rápido porque no tienen ni el más mínimo conocimiento de los procesos, son incongruentes, no logran generar empatía con su equipo porque desconocen lo que estos tienen que hacer para cumplir su trabajo, no dan instrucciones, dan órdenes. Crean un ambiente laboral tóxico. Piden cosas casi imposibles y basan totalmente sus decisiones en gustos personales, en lo que ellos piensan o creen que está bien, no analizan el mercado ni prevén las consecuencias que sus decisiones pueden causar.

En conclusión

No estoy diciendo que una persona que hereda el cargo no pueda llegar a ser un buen director, estoy diciendo que después de haber convivido con varios directores y de escuchar las anécdotas de conocidos y cercanos es un tema real, es un tema con el que muchas veces tendremos que lidiar. Y si yo hoy te pudiera dejar algo sería:

Si eres director de algún equipo, capacítate, busca mentores, lee mucho, conoce a tu equipo, si no te tocó empezar desde abajo está bien, felicidades, eres muy afortunado, pero dedícale el tiempo a conocer el proceso, trabaja hombro con hombro con todos tus departamentos para que estés enterado de cómo funciona tu organización, haz talacha, ponte en los zapatos de los practicantes y hazlos entender también tu trabajo, porque sí, también es una realidad que uno no entiende la presión y responsabilidad de un director hasta que lo es.

No importa qué tipo de director te haya tocado ser, aprende a ser un líder.

--

--